viernes, 13 de marzo de 2015

¿Llevas tiempo estancado en el gimnasio y no sabes por qué?



Pues bien, voy a intentar explicártelo en el post de hoy. Primera aclaración, NO TE FRUSTRES, NOS PASA A TODOS. Así es amigo, por mucho que nos gustaría que así fuera, el progreso no es lineal. No esperes subir, cada día que entrenes pecho, un disco de 2’5k a cada lado de la barra como hacías al principio. Ni cuando entrenes espalda subir una dominada más cada día, porque como todos habréis podido (o podréis) comprobar, no va es así. Os tocara toparos con ese molesto día que llegas y esperas hacer tu mejor marca en peso muerto y resulta que ni siquiera igualas la última que tenías. Es imposible estar siempre al 100%.

Para comprender bien esta publicación es importante entender en esencia, de donde viene originada la sobrecompensación y la adaptación, así que convendría que os releyerais lo que ya os expliqué en su día en las entradas “¿Cómo y por qué crece el musculo? Partes 1 y 2”.  La conclusión muy simplificada de esos dos posts venía a decir que al levantar cierta carga en un ejercicio, producimos un estrés el musculo objetivo y ese estrés dispara una recuperación que nos hará (si seguimos bien todas las reglas) ser un poquito más fuertes. ¿Qué fácil suena no?

Tienes que saber que estancarse es totalmente natural y aunque suene algo contradictorio, es el camino necesario para progresar.

Lo más importante, como mencioné al principio, es no frustrase y no perder la motivación. Ya dije en su día que es importante subir tus marcas para ver resultados, desde mi experiencia es condición indispensable. Por lo que está bien que te marques metas, pero no te obsesiones si tardan en llegar.

Mi manera de enfrentarme a este “problema” es la siguiente. Partiendo de la base de que salvo contadas ocasiones yo siempre trabajo los básicos (peso muerto, press banca, sentadilla) en todas mis rutinas (y las de mis clientes que no sean principiantes), lo que hago es que, cuando cambio de rutina, empiezo con un marca submáxima, por ejemplo el 90% de mi 1RM (el 90% del peso que puedo levantar una vez y fallar). Luego cada semana, yo generalmente los entreno con frecuencia uno (una vez a la semana cada grupo muscular), voy incrementando entre un 2% y un 6% la carga (que como podéis deducir no es gran cosa). Así hasta que veo que dos semanas seguidas no consigo subir. Entonces la semana siguiente mantengo el peso, trabajo al fallo (pero fallo fallo fallo) e incluso meto series negativas (con ayuda de algún compañero siempre) y la semana siguiente realizo las series a altas repeticiones (por encima de doce) con un peso que me resulte ligero, o lo que es lo mismo, realizo un descanso activo. Y luego cambio el resto de la rutina, manteniendo los básicos, y vuelta a empezar otra  vez, calculando el nuevo 90% con la nueva carga máxima (que casi siempre es algo mejor pero si no es así, ¡no desesperéis!). El trabajo con rigor y con persistencia siempre da sus frutos. Reconozco que hay maneras de hacerlo más eficientes, ya que esto es excederse en el estrés y retrasar la sobrecompensación. Pero digo lo mismo que a los que me dicen que llegar al fallo es algo negativo, yo sé que llegando a estos extremos he llegado al límite  y además de funcionarme físicamente, me funciona como motivador mental.

Cada “maestro” tiene su librillo. Yo lo que sí os confirmo es que nos pasa a todos y que no debéis perder la motivación. Cuando veáis que habéis tocado techo fisiológico en algún ejercicio, realizar una semana de entreno distinta, subid las repeticiones, bajad de manera considerable el peso, haced un descanso activo, y luego volved a empezar pero un poquito más arriba que la última vez ;)


Solo hay dos cosas que nos privan de resultados en la vida, tener un plan de acción mal preparado y/o perder la motivación. Mantener la mente fuerte, el ánimo siempre arriba, es lo que marca la diferencia. Vuestra mente os llevará a donde vuestro cuerpo por sí solo no puede llegar.


¡Un saludo!

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